Leo un
breve artículo sobre la importancia del lenguaje corporal, de manera que me entero de que morderse el labio inferior o inclinar la cabeza se consideran signos de arrepentimiento. No puedo evitar pensar quién tuvo estos tics la semana pasada en Madrid, si
Teodoro Obiang o sus anfitriones... o ninguno de ellos. El petróleo hace extraños compañeros de apretón de manos.
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