viernes, diciembre 10, 2010

Berlín.

Uno de los motivos más improbables para estos meses de silencio del zoco sería que, aún atrapado por el magnetismo de la berlinesa más atractiva, las yemas de los dedos permanecieran mudas ante el teclado. La realidad es más bien tirando a prosaica y hubo cientos y cientos de palabras tecleadas para otros fines alejados del viejo zoco.

Imagen de Edú (vía flickr, licencia cc)

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