No es desde luego su mejor novela... Pero es tan agradable saber que Salman Rushdie sigue escribiendo.
Imaginad unos labios de mujer, fruncidos y prestos a dar un beso. Así es la ciudad de Florencia, estrecha en los bordes, hinchada en el centro, atravesada por las aguas del Arno, que separa los dos labios, el superior y el inferior. La ciudad es una hechicera. Cuando os besa estáis perdido, seáis plebeyo o rey.
La encantadora de Florencia.
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