Parece ser que su nombre cientifico salyx babylonica se debe a que los hebreos, en su esclavitud en Babilonia, lamentaban su cautiverio llorando bajo este tipo de árboles según el libro de los Salmos.
Continuando con esta asociación entre el árbol y la tristeza, sea causada por el exilio, o por la nostalgia de un mundo arrebatado, Anna Ajmátova también habló de un sauce... Hay muchas esclavitudes y muchas lágrimas.
EL SAUCE
Crecí en medio de un silencio de arabescos,
en la habitación infantil y fría del joven siglo.
No me era grata la voz de los hombres,
sólo entendía la del viento.
Yo amaba la ortiga y la bardana,
pero por encima de todo, al sauce plateado.
Agradecido, él vivió siempre junto a mí,
sus ramas sollozantes
cubrían de sueños mi insomnio.
Y, extrañamente, le he sobrevivido.
Afuera el tronco cercenado permanece
mientras otros sauces con voces alienadas
algo dicen bajo nuestro cielo.
Y yo guardo silencio... como si hubiera muerto un hermano.
1940.
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