No es tan simple la cuestión de echar raíces, ya lo decía Marco Polo:
Os contaré cierta prueba que hicieron en el reino de Cherman (actual Kerman, en el sur de Irán). El pueblo de Cherman es bueno, tranquilo, humilde y pacífico, y se ayudan unos a otros cuanto pueden. Por lo cual el rey de Cherman dijo a los magistrados que estaban en su presencia:
- Señores, me asombro mucho de no saber la razón de todo esto; en los reinos de Persia que están cerca del nuestro hay gentes tan malvadas y malhechoras que siempre se matan entre sí, mientras que entre nosotros, que somos como quien dice de ellos, casi nunca ocurre ni agravio ni crimen.
Y los magistrados respondieron que la razón se encontraba en el suelo mismo. Entonces el rey envía a distintas partes de Persia y sobre todo al reino de Ispahán citado anteriormente, cuyos habitantes sobrepasan a los demás en toda clase de fechorías, y allí, siguiendo el consejo de sus magistrados, hace cargar de tierra siete naves y traerla a su reino. Una vez que la trajeron, la hizo desparramar por ciertos mercados como si fuera pez, y luego mandó extender tapices encima para que no se ensuciasen quienes la pisaran, tan delicadas eran sus costumbres. Y cuando ocuparon su sitio en aquellos mercados para comer, inmediatamente después de la comida empezaron a reñir unos con otros con palabras y gestos insultantes y a herirse mutuamente. Entonces dijo el rey que la tierra era realmente la causa.
Marco Polo Libro de las maravillas (Libro I; XXXV).
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