Leído en estos días:
(...) Pocos europeos resisten la tentación, cada vez que conocen a un libanés, de preguntarle por su pertenencia comunitaria, negando indirectamente que la pertenencia al Líbano sea lo suficientemente significativa como para captar la personalidad de su interlocutor. En realidad, lo que se considera instintivamente cmo significante es la línea de separación entre musulmanes y cristianos, más que las líneas divisorias, que pueden ser muy importantes históricamente, en el interior de cada una de las dos partes de la población. Las razones de la importancia de esa distinción hay que buscarlas en la ideología que, demasiado a menudo, acompañó a la presencia colonial francesa en el Líbano. Francia no se presentó en el Líbano con sus hábitos laicos, sino como hija predilecta de la Iglesia y, por ello, protectora de los cristianos contra el "fanatismo" de los musulmanes. Inglaterra se presentó como patrocinadora de la unidad de las provincias árabes del Imperio otomano; su protestantismo le sirvió de escaparate reformador y de ideología secular, por encima de las comunidades religiosas locales y sus antagonismos. Sólo su apoyo a la creación de un Estado judío empañó su imagen en el curso del siglo XX, así como la de Estados Unidos, que apoyaron cada vez con mayor parcialidad la política israelí a partir de los años sesenta.
(Georges Corm El Líbano contemporáneo. Historia y sociedad)
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