Ricardo Piglia narra en Plata quemada una historia de gángsters basada en hechos reales (terrible coletilla para la ficción). Unos ladrones dan un golpe en Buenos Aires y se escapan a un escondite o aguantadero de Montevideo llevando consigo el botín y dejando tras ellos un reguero de muerte y destrucción que empapa también sus convulsas vidas.
La novela, negra como el fondo de una marmita, adquiere su clímax en un largo y tenso sitio sobre el apartamento en el que se esconden. Entre tiros y más tiros los delincuentes comienzan a arrojar su botín por la ventana, billete a billete, envuelto llamas.
Los habitantes de la ciudad, ante ese espectáculo aéreo,ven cómo sus miedos se acrecentan, y no se duda en calificar ese acto de nihilista.
Gran novela, a pesar de que la realidad, como siempre, supera a la ficción.
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