Murió Norman Mailer pero siempre quedará en los buscadores de Internet.
En el 89 escribió esto sobre el asunto de la fatwa contra Rushdie:
Pero ahora el ayatolá Jomeini nos ha ofrecido una oportunidad para reconquistar (los novelistas) nuestra delicada religión, que no es otra cosa que fe en el poder de las palabras y voluntad de sufrir por ellas. El ayatolá nos incita a la gran cólera que experimentamos cuando se pone en peligro nuestra libertad para decir lo que queramos, sabio o estúpido, bondadoso o cruel, bien o mal intencionado. Efectivamente, descubrimos que tal vez queremos sufrir por nuestra idea. Tal vez, en última instancia, queremos morir por la idea de que, en un mundo de certidumbres cda vez más reducidas y ecologías asfixiadas, la verdadera literatura sea el absoluto que debemos defender.
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