jueves, mayo 24, 2007

Castillos de arena.



Por qué no me dijiste que estabas construyendo

ese castillo de arena?

Hubiera sido tan hermoso

poder entrar por su pequeña puerta,

recorrer sus salados corredores,

esperarte en los cuadros de conchas,

hablándote desde el balcón

con la boca llena de espuma blanca y transparente

como mis palabras,

esas palabras livianas que te digo,

que no tienen más que el peso

del aire entre mis dientes.

Es tan hermoso contemplar el mar.

Hubiera sido tan hermoso el mar

desde nuestro castillo de arena,

relamiendo el tiempo

con la ternura

honda y profunda del agua,

divagando sobre las historias que nos contaban

cuando, niños, éramos un solo poro

abierto a la naturaleza.

Ahora el agua se ha llevado tu castillo de arena

en la marea alta.

Se ha llevado las torres,

los fosos,

la puertecita por donde hubiéramos pasado

en la marea baja,

cuando la realidad está lejos

y hay castillos de arena

sobre la playa...

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