jueves, diciembre 14, 2006

Ocaso.

Tras un giro planetario alrededor del sol (pasaron noches, nieves y solsticios), el zoco cierra sus puertas. Es lo que pasa con el comercio tradicional en estos tiempos de globalización inmisericorde.
Como apunte final ofrecemos una frase del genial Albert Camus y de su incomparable novela La peste, que dice, sencillamente, que hay en el ser humano más cosas dignas de admiración que de desprecio.
Gracias a todos/as los que os detuvísteis a dejar un comentario, el verdadero sustento de la vanidad de los que hicimos o hacen blogs.
Salud y libros.

miércoles, diciembre 13, 2006

La víspera de la despedida.


Siempre pensé que no debería haber ido a aquella ceremonia en la que no le dejaron cantar en el momento preciso, pero reconozco que poco a poco me ha ido cayendo bien. Y sus letras no tienen desperdicio. Así es Jorge Drexler.

Milonga del Moro Judío

Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.

No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay más dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.

Y a nadie le di permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.

Yo soy un moro judío...

(Mañana se cierra el zoco. El contrato sólo duraba un año exacto.)

martes, diciembre 12, 2006

La muralla verde.

Mongolia es de los países que suenan más lejos al oído. Uno piensa en cosas como Gengis Khan y su cortejo fúnebre, que mataba a todo aquel que se encontraban para que su tumba nunca pudiese ser descubierta y profanada. Es curioso lo del miedo de los poderosos, más que a la muerte al estar muertos y ser objeto de saqueo o burla (no hay más que ver a Pinochet, incinerándose por temor; si bien la conciencia nunca será combustible).
Pero Mongolia es más cosas y recientemente se ha hecho un hueco en las noticias el proyecto de este país consistente en crear una "muralla" de árboles que intenten impedir la desertización y paliar las tormentas de arena del Gobi. Se plantarán sauces, álamos y espinos en una superficie de 3.000 kilómetros, a treinta años vista. Están bien los proyectos a largo plazo, no sólo parten del optimismo radical de que dentro de treinta años habrá un mundo que preservar, sino que contrastan con esas soluciones mágicas que no miran más allá de un mes o de la rueda de prensa del político correspondiente.
Se calcula que el coste de la muralla verde será de 150 millones de dólares. La planeada por la administración Bush en la frontera mexicana, de 1126 kilómetros, se tragará un mínimo de 1200 millones, y eso sin hablar de las personas.

lunes, diciembre 11, 2006

Espacios.



Entre los espacios creados a los que pude regresar, escojo sin duda el brillo que rodea el Museo de Arte Romano de Mérida, obra de Rafael Moneo. La sencillez de sus formas y la claridad de sus volúmenes se convierte por sí mismo en un lugar de visita, aunque todas sus vitrinas estuviesen vacías. Imprescindible.

domingo, diciembre 10, 2006

África.

El filósofo francés Jean Baudrillard sostiene que África se está convirtiendo en un "yacimiento catastrófico," es decir, en un filón para los medios de comunicación, que usarán a este continente como proveedor de catástrofes.
Se acercan las navidades y el consumismo sin freno hará un hueco perfectamente planificado a la solidaridad de programas de televisión. Las buenas causas, que se centran en los desastres del mundo actual, motivados por las estructuras de explotación y por el rodillo de pensamiento único que hemos creado y exportado al por mayor ocuparán varias horas de programación televisiva. La injusticia creada será usada por sus creadores, mostrándola para ocultarla mediante una serie lacrimógenas de imágenes de pobreza sin analizar ni una sola causa.
Año tras año esta estrategia consigue que encuadremos la miseria del mundo en un marco apropiado para que no pensemos demasiado en ella, la televisión.
Nunca hemos sabido tantas cosas y desconocido tantos porqués.

domingo, diciembre 03, 2006

Condenas.


Doce años después de aquellas imágenes que conmovieron a Occidente de ancianos, hombres, mujeres y niños asesinados bien de uno en uno por los francotiradores cuando salían a buscar alimentos, bien al por mayor por los obuses arrojados sobre los mercados, casi nadie se acuerda de Sarajevo ni de los años de una guerra demasiado cercana a Europa.
Estábamos acostumbrados a ver la muerte en otros continentes y podíamos seguir comiendo con negros o asiáticos muertos sobre las aceras de ciudades desiertas en la India, Congo o Nicaragua. Pero tardamos algo más en digerir la muerte a una hora de avión, en la convulsa espalda de Europa que siempre han sido los Balcanes, aunque tampoco costó demasiado, un par de meses y la indiferencia occidental buscó otros lugares para escandalizarse, cada vez con menor capacidade de sorpresa, o, lo que es peor, de responsabilidad.
Esta semana, con apenas eco informativo, han condenado a cadena perpetua al responsable serbio del asedio a Sarajevo, Stanislav Galic. Murieron 10.500 personas en los tres años de cerco por la muerte vomitada desde las colinas y las calles de la capital de Bosnia -Hercegovina.