La novela HHhH de Laurent Binet plantea la reconstrucción novelada
del asesinato del carnicero de Praga Heydrich y la construcción del
propio relato por parte del autor, con sus preocupaciones por la manera
de narrar la historia, la reiteración equívoca de los apellidos de los
personajes o la veracidad de los detalles de su relato, como el color
del automóvil de la mano derecha de Hitler en Bohemia. Es un edificio
que deja conscientemente a la vista su andamiaje, y quizá por eso
consigue transmitir no sólo la historia sino también las historias que
rodean de una manera más o menos explícita a una creación literaria.
Hay una frase de Pasternak que Binet recoje para ilustrar qué es escribir sobre el nazismo más de medio siglo después. No me gusta la gente indiferente a la verdad.
jueves, junio 19, 2014
viernes, junio 13, 2014
Súdbitos.
Súdbitos de un sistema bancario sin escrúpulos, de un establishment político podrido, de las migajas de lo que se llamó Estado de Bienestar, de un capitalismo intervenido por el Estado a favor siempre de lo mismo, de los mismos; súdbitos de un vacío de expectativas, de unos horizontes transmutados en espejismo, súdbitos de lo que pudimos haber sido y ya no, súdbitos de la calma química vendida en grajeas en el medio del caos, súdbitos de todo lo que callamos, súdbitos del "podría ser peor..."
Y, para colmo, súdbitos de un rey.
Y, para colmo, súdbitos de un rey.
jueves, junio 05, 2014
La necesidad de un espacio.
Leí tres novelas de Belén Gopegui. En dos de ellas, La escala de los mapas y Deseo de ser punk sus protagonistas, pese a las diferencias de género y edad, tiene en común que no acaban de encajar en el mundo, o no quieren acabar de encajar... Sergio Prim y Martina. Junto a ello, y como respuesta, ambos buscan un espacio, un lugar que puedan sentir suyo. Un sitio por el que no haya que pagar, en palabras una Martina adolescente a punto de cometer su acto de insumisión armada de un disco de Iggy Pop.
Hoy Martina vería decepcionada a Iggy Pop haciendo anuncio de tónica, pero quizá tampoco le sorprendiese, pues esa decepción viene de serie. Los personajes de Gopegui son los que mejor retratan estos tiempos, y el título de una obra aún no leida, La conquista del aire, tiene un lúgubre gusto profético.
Uno de esos espacios tan necesarios, o al menos algo parecido, son las Bibliotecas públicas. Cuando vayas allí, en el medio de estantes y estantes de libros, recuerda a Sergio, recuerda a Martina.
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