miércoles, junio 24, 2009

Fuego.


En la sobrecogedora novela La carretera, de Cormac McCarthy, un padre y un hijo se desplazan a duras penas camino al sur por un paisaje calcinado años después de una catástrofe indeterminada y global. El catálogo de horrores protagonizados por hombres que se encuentran a lo largo de la carretera es atroz y aterrador. En ocasiones, el niño pregunta al padre si ellos son de los buenos y el hombre responde que claro, que son los portadores del fuego.
Hoy es noche de San Juan y casi no recordaba la sensación mágica de mirar cómo el fuego se desenreda, aunque ya no queden brujas que espantar más allá de las cifras de la macro y microeconomía.
Felices días de solsticio para todos.

Imagen de aquí.

1 comentario:

Carmela dijo...

A mí nunca me pareció mágica la sensación de mirar como se desenreda el fuego. Realmente nunca me gustaron las hogueras, ni las sardinas, ni el agua de flores con el que mi abuela nos hacía lavarnos por la mañana tal día como hoy... Nunca... Pero el tiempo y la distancia hacen que esboces una sonrisa con todo aquello que te devuelve a tu infancia, a tu casa. Y hoy pienso que sí, que los que me trajeron el fuego son de los buenos...