viernes, noviembre 24, 2006

-35. Miguel Gil.


El último -35 va para Miguel Gil.
Reportero de guerra, falleció en Sierra Leona el 24 de mayo de 2000. Recuerdo bien aquella época y la noticia, que aunque no tardó en dar un paso atrás en las crónicas de actualidad dejó en mí una huella imborrable. En los momentos más insospechados me he acordado de Miguel Gil, y no sabría decir bien por qué. Había algo especialmente trágico, innombrable y cruel en esa historia tantas veces vista antes y ahora, la muerte de nuestros ojos y oídos en las zonas del mundo a las que preferimos ni ver ni escuchar; o peor aún, a las que les hemos asignado un rol de muerte y desolación perennes para llenar nuestros medios de comunicación con esas malas noticias lejanas que tampoco incomodan tanto, porque pasan demasiado lejos. Pero Miguel Gil, con su cámara, estaba allí, mirando, haciéndonos mirar... y su mirada era extrañamente limpia. Tenía 32 años.

De él dijeron:

Era un refugio para sus compañeros y para las gentes azotadas por la guerra . (F. Quintela)

Miguel terminaba la mayoría de los días en África en una iglesia católica, rezando. A veces le acompañaba y le esperaba en los peldaños de la puerta. Solía pedirle que hablara bien de mí. (D. Guttenfelder)

Eran periodistas de élite mal pagados que sacrificaron involuntariamente sus vidas para ofrecer a las televisiones de todo el mundo un pedazo de historia viva, cruel y despiadada del mundo.(J. Fuentes).

La primera vez que lo vi me impresionó porque llevaba su destino escrito en el rostro, demacrado y largo, como los de los personajes del Greco. (A. Rojo).

En la presentación de un libro homenaje escrito por Gervasio Sánchez y Manu Leguineche, el primero decía: El periodista bueno se diferencia del malo porque busca la verdad, la justicia y la conmoción. El malo es el que raya el sensacionalismo.

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