
Hoy, muchas revoluciones frustradas y sueños despertados en pesadillas después, el cielo ya no es un escenario de combate sino de triunfo absoluto. Basta ver quién copa los cielos de Madrid para atisbar de golpe el balance del final de las utopías del siglo XX.
Huérfanos de sueños deambulamos al pie de estas torres u otras semejantes, y desde arriba se nos ve ciertamente pequeños e insignificantes.
Presentación e imagen vía La información.
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