lunes, mayo 08, 2006

Camus en la Toscana.

Siempre encuentras lo necesario para el lunes el miércoles, lo necesario para marzo en mayo. Así sucede con casi todo y no vale la pena lamentarse.

Jueves, 9 septiembre, 1937.

Pisa y sus hombres recostados frente al Duomo. El Campo Santo, sus líneas
rectas, cipreses en las cuatro esquinas. Se comprenden las querellas de los
siglos XV y XVI. Cada ciudad cuenta aquí con su rostro y su verdad
profunda.
No hay otra vida que aquella cuya soledad marcaba el ritmo de mis pasos a
lo largo del Arno. También la que me excitaba en el tren que bajaba a Florencia.
Aquellos rostros de mujeres, tan graves, arrebatados de pronto por la risa
(...). Bajando a Florencia me entretuve contemplando los rostros, bebiendo
sonrisas.

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