Gracias a Laura, que pasó por aquí en mayo y dejó un interesante comentario, oí hablar de Ángel González. En los últimos tiempos me lo encuentro con frecuencia, y hay un poema que no puedo dejar de admirar: Eso era amor. Puedes oír a Ángel González recitándolo aquí.
Le comenté:
—Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
—¿Te gustan solos o con rimel?
—Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.
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